Larga ausencia, sí, pero ya estoy de vuelta. Los últimos días de diciembre que pasé aquí los pasé recluida, salía lo justo y necesario ya que el frío era demasiado, por lo menos para mi. Luego llegó la navidad, y con ella la vuelta a casa. Ese momento siempre me emociona, volver a Santiago me hace siempre muy feliz. Aquí estoy muy bien, o cuando estaba en Madrid, pero cuando vuelvo me doy cuenta de lo bien que estoy allí, de lo que me gusta estar con mi familia, ver a mis amigos, tomarme unas estrellitas y hasta quedarme tirada en el sofá, todo lo vivo de una manera diferente, por eso la vuelta se me hace tan difícil. Tengo muy claro que volveré pronto, y será para quedarme.
Las fiestas geniales, mucha comida, mucha bebida, muchos bailes, mucha risa, en fin, lo que debe ser. El día de volver a Polonia llegó y con alguna que otra lagrimilla empezamos un interminable viaje. 32 horas es lo que duró entre tren, avión, esperas y otro tren. Íbamos nerviosos y un tanto tristes, dejar a la familia atrás es duro, pero sobretodo dejar atrás a los peques, a la preciosa Claudia y a Rodrigo, culpable de que hayan sido unos días tan especiales. No sé por qué, pero esa despedida fue la peor.
Una vez aquí, la vida sigue. Volver a tener a Lucas con nosotros, más cariñoso que antes, si es que se puede, y recuperar la rutina. Parece que el 2013 viene un poco mejor, poco, pero algo es algo. El martes día de recuperación, dormir y deshacer maletas, con calma, poco a poco. El miércoles día duro, cuatro horas de clase para sustituír a Margarita, dos de baile, y dos de gimnasia, como en los viejos tiempos, sólo que las niñas y las señoras no eran mis niñas ni mis señoras. Pero hubo conexión, lo pasamos bien y sudamos, mucho. Al final del día me vuelvo a casa cansada, con dinerillo en el bolsillo y una clase fija a la semana con niños. Balance del día, positivo.
Jueves y viernes descanso, hace frío, el paisaje es precioso, no deja de nevar en todo el día, pero así como todo se pone bonito, mis ganas de hacer algo disminuyen. Esto también se debe a mi madre. Me regaló el wii fit plus y ahora estoy enganchada. Boxeo, step y yoga, me lo paso genial, pero sólo hago eso jajaaj leo y me voy corriendo a la tele a hacer deporte. Creo que me estoy enganchando.
El sábado Yey llegó muy tarde y no le apetecía salir de casa así que nos quedamos viendo pelis y, como no, jugando a la wii. El domingo día de trabajo. Clases abiertas en La Vuelta, llegó el momento de sorprender con la batuka e intentar sacar partido de ella. Lo que iba a ser una hora, se convirtieron en tres. Dos de batuka y una de salsa. Lo pasé muy bien, y conseguí una clase más a la espera de confirmar la segunda. Nada mal. Me duele el cuerpo y estoy cansada, pero me encanta esta sensación. Antes vivía en ella constantemente, la echaba de menos, y ahora que la vuelvo a tener me encanta, me siento más animada. Definitivamente bailar es necesario para mi.
Luego fuimos al Carmen a saludar a María e Ismael, a contarnos qué tal las fiestas, tomar una cervecilla y reírnos un poco. Hasta empezaba a echar esas visitas de menos. Es curioso cómo te acostumbras a algo en poco tiempo y como lo conviertes en rutina.
Hoy es lunes, una nueva semana. Ya he ido a andar una horita y ahora iré a la wii (jiji) La afronto con ilusión, con ganas, en definitiva, contenta. A los que seguís mis andanzas, os deseo una gran semana a todos, volvemos a estar en contacto.
¡Que bien, Maria...! ¿así que estás enganachada a la Wii...? yo es que a mi esos aparatos siempre me han parecido un trasto inútil... ;) en fin, que me alegro mucho de tu vuelta a casa por Navidad como El Almendro, y que hayas empezado el 2013 con fuerzas renovadas y con trabajo... Nosotras también batukamos bastante y lo pasamos bien. Un beso y cuídate mucho guapísima... :)
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